Estoy en mi paseo matutino. Hoy con muchas ganas de hablarte de un tema que se habla muchísimo: la zona de confort.
El otro día escuché a alguien que me decía que estaba cansado o cansada de oír hablar de que hay que salir de la zona de confort, que es fundamental el estar pensando en no quedarse en la zona de confort.
Anhelamos estar en nuestra Zona de Confort
Yo, efectivamente, le decía que creo que hay una obsesión respecto de esto, cuando precisamente las personas lo que estamos anhelando siempre es estar gozar de un bienestar, de una plenitud y eso se suele conseguir en una zona de confort. Se consigue cuando estamos en nuestra zona de confort.
Yo lo que le decía es que, quizás lo que sí que es conveniente, es que habiendo conquistado el poder estar en una zona confortable, el estar atento a uno mismo para contar de las herramientas necesarias que me permitan salir de esa zona de confort cuando pasa a ser zona de disconfort, es decir, cuando ya no es una zona confortable. No dormirse en los laureles, como se suele decir.
No sabría decir cuánta energía hay que poner a esa atención, pero yo creo que la justa y la necesaria para que no me desarmonice en mi propia zona de confort. Para ello, le contaba un ejemplo que creo que puede ilustrar esto que te comparto.
Necesidad de tomar responsabilidad por la vida propia
Me hablaban una vez de que las personas somos como pajaritos en ramas, apoyados en una rama. Hay muchas personas que se dedican a vigilar que su rama esté bien, que no le pase nada, que nadie se suba en ella, para permanecer ahí el tiempo posible. En cambio, hay otras que no se preocupan tanto de esto, en lo que se preocupan y se ocupan es de que sus salas estén bien, estén sanas para poder volar, para poder partir a otro lugar el día que esa rama se quiebre por la razón que fuera.
Me gustó mucho porque habla de la necesidad de tomar responsabilidad por la vida propia, es algo que yo defiendo siempre.
Nada más. Desear que tengas un gran día y nos seguimos viendo en estos paseos matutinos que yo, por supuesto, seguiré dando.
Un abrazo y cuídate mucho. Chao.