Ayer por la mañana, a primera hora, visité mi peluquería de siempre en Vitoria. Mis mejores peluqueras del mundo (eso pensamos todos de las nuestras ¿no?), estaban a tope. Así que mientras esperaba mi turno, contemplaba absorto su profesionalidad total. Como siempre y desde niño, me impresiona la agilidad con la que sus dedos armados con peines y tijeras, esculpen cabezas de todos los colores, sin derramar una gota de sangre.
Bien atareadas, sin despegar la concentración de las melenas pobladas y alopécicas de turno. Tomé mi móvil e Intuí que había wifi, (no hace falta ser un genio). Cuando pregunté por la clave, me gritaron todas las peluqueras al unísono, mientras me miraban con aire casi militar: ¡TIJERAS EN ACCIÓN¡ TODO CON MAYÚSCULAS! Simplemente maravilloso, pensé. Si como yo te has reído, es que tú y yo podemos superar todo lo que nos echen en la vida, por más dificultades que nos sobrevengan. No te quepa duda.